jueves, 14 de mayo de 2015

Los museos como agentes de inclusión y accesibilidad social




Los museos como agentes de inclusión y accesibilidad social

Los museos se han vuelto agentes de gran importancia dentro de nuestra sociedad hoy en día, es importante darnos cuenta de la cantidad de cultura y conocimiento que éstos pueden llegar a albergar. Sin embargo, ¿qué pasa cuando existen personas que no pueden acceder a esta cultura y conocimiento de manera correcta? ¿qué pasa cuando te ves limitado para entrar a estos espacios?
La inclusión y accesibilidad social es muy importante en la actualidad, y a pesar de que ahora se han convertido en conceptos más conocidos y aplicados en muchos ámbitos dentro de una comunidad, muchas veces los museos tienden a cerrar sus puertas a muchas personas debido a la falta de inclusión o accesibilidad dentro de los inmuebles o exposiciones para los diferentes tipos de público que existen.

El autor de “Los museos como agentes de cambio social y desarrollo”, José do Nascimento Júnior, nos habla de la importancia de tratar a los museos como agentes de desarrollo dentro de una ciudad, debido a que estas instituciones constituyen factores que articulan la diversidad cultural (Do Nascimiento, 2008). Es necesario que empecemos a concebir a los museos como un lugar de “inventario de la diversidad cultural”, que además de sus aspectos institucionales, son procesos, herramientas, tecnología, lenguaje, y deben estar al servicio de todos aquellos que quieran apropiarse de su contenido (Do Nascimiento, 2008).

Es importante empezar a darnos cuenta de la importancia de la accesibilidad en todos los aspectos de nuestra vida, la accesibilidad, es la cualidad dentro de un producto, servicio o hasta un dispositivo (Jiménez, 2012). Al principio este concepto surge para poder referirse a las personas con algún tipo de discapacidad en el marco del modelo social de la discapacidad (Jiménez, 2012), por una parte el deber de la sociedad es identificar y derribar las barreras que impiden o dificultan una integración social, y por otra parte es la necesidad de incluir el concepto de accesibilidad desde la fase de diseño de cualquier producto o servicio para posibilitar la integración y autonomía, para que pueda ser reutilizable por individuos con características diversas (Thomas, 2007).

La sociedad hoy en día acepta el concepto de discapacidad, y ha mostrado una mayor sensibilización de las diferentes necesidades de los diversos grupos e individuos dentro de una comunidad, y no solamente en relación a una discapacidad motriz o cognoscitiva, pero a diferencia de edades, origen socioeconómico y diferencias culturales (Jiménez 2012), se ha logrado que instituciones empiecen a entender la diferencia de necesidades que el público puede llegar a mostrar.  Este concepto ha dado pie a que instituciones empiecen a segmentar al público de manera más específica y comiencen a tomar en cuenta las diferentes necesidades dentro de éstos.

Aunque actualmente existen alrededor de sesenta mil museos de manera mundial, de los cuáles alrededor del 90% se crearon después de la Segunda Guerra mundial (Do Nascimiento, 2008), es de extrema importancia analizar el papel que estas instituciones tienen de manera continua, y de igual manera la importancia es la idea que la sociedad tiene del museo, que implica una profundización en las acciones que tienen estas instituciones en lo referente a comunicación, educación e investigación, desarrollando de esta forma actividades de carácter inclusivo (Do Nascimiento, 2008).


A pesar de que los museos y los centros de arte en los últimos años han empezado a crear programas diseñados para considerar más cuestiones de accesibilidad para el público, aún no se ha logrado el hecho de que todos los museos o instituciones de arte, valoren todo tipo de audiencias y creen un ambiente de inclusión social, para que de esta manera todas las personas puedan tener acceso a su interior de manera sencilla, sin tener impedimentos físicos. Es evidente la necesidad de atender este compromiso, sin embargo es necesario entender las dificultades que las instituciones pueden llegar a tener para lograrlo (del Águila,2012). Se pueden llegar a alegar cuestiones referentes a conservación y hasta limitaciones con el presupuesto de las mismas instituciones, lamentablemente mientras más tiempo dure la transición hacia espacios accesibles y socialmente inclusivo, más personas verán limitados sus derechos. (del Águila, 2012).  Muchas veces los museos tienden a detener o a no tomar en cuenta este proceso de accesibilidad arquitectónica o de los contenidos debido a problemas dentro del presupuesto y a la cantidad de dinero que se debe invertir para lograr que un espacio sea totalmente inclusivo y accesible para personas con todo tipo de discapacidades.

En la actualidad el concepto de accesibilidad es un concepto muy generalizado, y se maneja de manera muy superficial en la mayoría de los ámbitos, incluyendo el área de Museología, frecuentemente los museos ofrecen recursos de accesibilidad y exponen su compromiso con la función del museo “como forma de divulgación de cualquier tipo de conocimiento” (Jiménez, 2012). A pesar de estos esfuerzos, y gracias a un análisis más detenido y a fondo de la situación mundial dentro de este ámbito, podemos comprobar que los museos que realmente han puesto en práctica programas y planes reales de accesibilidad es un número realmente reducido (Jiménez, 2012), aunque dentro del panorama internacional exista un número muy elevado de museos que ofrecen recursos de accesibilidad e inclusión social, realmente se refieren a museos que contaron con la eliminación de barreras físicas para discapacidades motoras, sin tomar en cuenta discapacidades cognoscitivas, auditivas etc. (Jiménez, 2012). De misma manera un número considerable de museos incluye además servicios de algún tipo de ayuda a visitantes con diversidad funcional sensorial, como dispositivos de audición asistida para visitantes con deficiencia auditiva, o señalización en braille y folletos en macro caracteres para invidentes y personas con pérdida visual (Jiménez, 2012).

Los museos que han implementado planes de accesibilidad globales para todo tipo de visitantes son aún escasos y se pueden reducir a los siguientes: Thyssen Bornemisza, Museo Nacional del Prado, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y Guggenheim Bilbao (España); Tate Britain, Tate Modern, British Museum y The National Gallery (Reino Unido); Louvre, Cité de Sciences et de l’Industrie y Centre Pompidou (Francia); Landesmuseum Mainz y LVR Landesmuseum Bonn (Alemania); New York’s MoMA, Washington’s Na- tional Gallery of Art (EE.UU.); y Melbourne Museum y National Gallery Vic- toria (Australia). De éstos, la mayor parte son museos de artes plásticas; el British Museum es un museo arqueológico; la Cité de Sciences et de l’Industrie es científico-técnico; el LVR Landesmuseum Bonn es histórico; y, por último, el Melbourne Museum engloba historia, cultura, ciencia y arqueología. (Jiménez, 2012)

Como se menciono anteriormente, lamentablemente son muy pocos los museos que realmente aplican la accesibilidad dentro de su institución para generar una inclusión social. A lo largo de los últimos años se han identificado barreras de diferentes tipos, como físicas, urbanísticas, arquitectónicas, del transporte, sensoriales, de comunicación e información, culturales, psicológicas, emocionales, todas estas barreas dificultan la aproximación a piezas, espacios o documentos (del Águila, 2012)
Las barreras más comunes que se pueden llegar a distinguir entre obra y público con discapacidad son las siguientes (del Águila, 2012):
-Barreras sociales; estas implican la exclusión siendo de modo o no conscientes de ellos tanto la institución como quienes la visitan, las personas que no encajan en lo que entendemos comúnmente por “normal” quedan fuera del público objetivo para el que se puede diseñar un espacio o una actividad (del Águila, 2012).
-Barreras para accesibilidad física; son barreras como escaleras, rampas con excesiva pendiente, mostradores, puertas estrechas etc. (del Águila, 2012).
-Barreras sensoriales; es decir deficiencias en la construcción de un mensaje que pueden entorpecer la comprensión del mismo, se refiere al diseño de mensajes verbales o icónicos, es decir, señalización mal diseñada, letreros que no se entienden etc. (del Águila, 2012).

A pesar de la cantidad de barreras que existen, es importante entender que la accesibilidad museística se puede dividir en dos áreas importantes: accesibilidad del entorno físico y la accesibilidad de los contenidos (Jiménez, 2012). La accesibilidad del entorno físico se refiere a todas las barreras arquitectónicas que puedan tener las instituciones que impidan el paso o dificulten la entrada a personas con algún tipo de discapacidad motora a algún área dentro del museo, un ejemplo podría ser, la falta de rampas o elevadores, espacios con muchas escaleras, salas muy pequeñas, salidas de emergencia angostas etc. La accesibilidad de los contenidos se refiere a los problemas o dificultades con los que una persona con algún tipo de discapacidad pueda enfrentarse al tratar de ver los contenidos del museos, es decir, folletos con letra muy pequeña para personas con incapacidad visual, falta de material de apoyo auditivo, mala señalización, etc.


La autora  Francisca Hernández Hernández del artículo “Museos, Multiculturalidad e Inclusión social” nos habla sobre el porque los museos deben optar por favorecer la creación de una sociedad del bienestar, fundamentada en su capacidad inclusiva, donde no existan barreras de ningún tipo y donde no se le impongan a la cultura ningún tipo de fronteras sociales, ideológicas o raciales (Hernández). La tarea de los museos debe constituir en elaborar expresiones museográficas y programas pedagógicos que mejor contribuyan a minimizar y solucionar los conflictos mediante el discurso de la interculturalidad y revitalización de identidades culturales (Hernández). Dentro del mismo artículo nos hablan de cómo los museos deben ser participativos, se necesitan museos sin barreras, con rampas, elevadores, señalizaciones, servicios de todo tipo que sean accesibles y puedan visitarse sin ningún problema para personas con discapacidades auditivas, visuales o motrices, personas mayores, personas con necesidades diferentes a las promedio (VV.AA, 1991). Actividades que incluyan el tacto, olfato, lectura en braille son simplemente trazos de un proceso de inclusión sociales y cultural que debe irse implementando dentro de todas las instituciones, para eliminar todos aquellos obstáculos que dificulten la participación de cualquier persona, sin importar sus necesidades (Hernández).

Aunque los conceptos de accesibilidad o inclusión se crearon para responder a las necesidades de personas que por causas diversas no podían acceder a ciertos derechos generalizados par el resto, en la actualidad los proyectos de inclusión social dentro de los espacios de arte o museos, además de crear puntos de encuentro en igualdad y normalizar la coexistencia de públicos diversos, también benefician al resto de las personas (del Águila, 2012).
Esto sucede debido a que; se disminuyen los accidentes y el cansancio, rentabilizan el esfuerzo cognitivo y se aprender más cosas debido a que la exposición se entiende y recuerda mejor. Permiten entrar en contacto con lenguajes diferentes y disfrutar de sentidos caso olvidados en nuestra cultura, el público se siente competente y protagonista de la actividad y tiende a establecer lazos afectivos con ellas, su carácter lúdico y distendido favorece nuevas visitas y ofrecen la oportunidad de compartir tiempos y espacios con personas diferentes y esto ayuda a adquirir una visión de la sociedad más real y alejada de estereotipos que nos adjudican roles en función de criterios preestablecidos (del Águila, 2012).
Gracias a esto podemos ver que al tomar acciones de accesibilidad e inclusión social, las instituciones también se benefician.


Al entender un poco la importancia que la accesibilidad e inclusión social tiene dentro de los museos, podemos ver el compromiso que los museos deben generar y tener para actuar como agentes al promover este cambio. Lamentablemente en México no contamos con proyectos dentro de los museos para generar movimientos sobre accesibilidad e inclusión social, en nuestro país las ventajas que se llegan a cubrir son meramente arquitectónicas y económicas, la mayoría de los museos no cobra entrada a personas con discapacidades y estas instituciones ponen elevadores y museos para facilitar el acceso a personas con silla de ruedas, muletas etc. a mayoría de las instituciones no toman en cuenta realmente que tanto pueden acercarse estas personas a las explicaciones en las paredes, si las pueden leer correctamente, si puedes desplazarse dentro de las exhibiciones sin obstáculos o si pueden oír correctamente las visitas guiadas, la mayoría de los museos dentro de nuestro país no toma en cuenta la accesibilidad hacia los contenidos y lamentablemente se centra meramente en descuentos y rampas dentro del inmueble.

En el artículo “El arte, terapia y espacio de libertad para discapacitados” publicado por La Jornada en el año 2008, habla de cómo las actividades culturales para personas con discapacidad en nuestro país son escasas y temporales, debido a que en la mayoría de los recintos dedicados a la difusión de la culturo realmente no existen programas específicos para cubrir sus necesidades, dentro del mismo artículo se destaca cómo a lo largo del año 2008 se presentaron pocas actividades diseñadas para fomentar un acercamiento con la discapacidad e integrarla a través de la cultura. (La Jornada, 2008)

De misma manera es importante reconocer los esfuerzos que instituciones tratan de hacer para promover esta actitud incluyente. En el marco del XX Aniversario del Museo UPAEP, el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos, el Museo del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, se realizará el Primer Encuentro Internacional de museos en Puebla con el tema: Hacia un Museo Incluyente, a partir del día 27 de mayo del 2015 hasta el día 29 del mismo mes, este encuentro tiene como objetivo propiciar el diálogo y la reflexión sobre la función social del museo ante una comunidad tan diversa, así como de misma manera conocer y reconocer las estrategias y herramientas que en la actualidad se emplean para una adecuada atención a los diversos públicos, particularmente hacia los grupos vulnerables (Diario Eco, 2015). Hoy en día se empiezan a generar más actividades tomando en cuenta estos conceptos, aunque aún no seas suficientes, es importante empezar de algún lado.


Personalmente creo que los museos pueden lograr tener un papel muy importante dentro del proceso de concientizar a la sociedad para de esta forma generar un pensamiento más abierto sobre la inclusión social. Los museos cuentan con el poder de hacernos conocer culturas, información, tiempos, herramientas, lenguajes que quizás sean totalmente nuevos para nosotros. Me parece que para una sociedad y un individuo es de suma importancia conocer y recordar todas las cosas o situaciones con las que nos vemos envueltos, los museos encierran muy bien esta idea, estas instituciones logran que pensemos, que analicemos, que conozcamos y que después de visitarlos recordemos toda la cultura que nos fue presentada, es por eso que me gustaría citar a Norberto Bobbio con su frase:

«Al final, acabamos diciendo que somos aquello que pensamos, amamos, realizamos. Y yo añadiría: somos aquello que recordamos. Además de los afectos que alimentamos, nuestra riqueza son los pensamientos que pensamos, las acciones que cumplimos, los recuerdos que con- servamos y no dejamos desvanecer, y de los cuales somos el único guardián». Norberto Bobbio (Do Nascimiento, 2008).

A pesar de que se empiezan a generar más esfuerzos por parte de las instituciones para lograr ambientes inclusivos y accesibles para todo tipo de público dentro del país, aún no hemos llegado a un punto donde la sociedad crea que este tipo de acciones sea necesaria. Gracias a lo que pudimos observar anteriormente podemos ver como los museos pueden ser excelentes agentes de inclusión y accesibilidad social dentro de nuestra sociedad, cada institución puede lograr que se mejore la cultura social, si ponen un poco de esmero en tomar en cuenta las diferentes necesidades del público. No podemos seguir privando a personas con discapacidades diferentes de acercarse y conocer el contenido e importancia que muchos museos contienen.



Referencias:

do Nascimento Júnior, J. (2008). Los museos como agentes de cambio social y desarrollo. Museos. es: Revista de la Subdirección General de Museos Estatales, (4), 16-27.

Navarro, Ó. (2006). Museos y museología: apuntes para una museología crítica. Museología e historia: un campo de conocimiento, XXIX Encuentro Anual del ICOFOM/XV Encuentro Regional del ICOFOM LAM, 5, 385-394.

Jiménez Hurtado, C., Seibel, C., & Soler Gallego, S. (2012). Museos para todos: la traducción e interpretación para entornos multimodales como herramienta de accesibilidad universal.

Thomas, Carol. (2007) Sociologies of Disability and Illness; Contested Ideas in Disability Studies and Medical Sociology. Nueva York: Palgrave McMillan.

Palacios, Agustina. (2008) El modelo social de discapacidad: orígenes, caracterización y plasmación en la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Madrid: Grupo Editorial Cinca.

del Águila, L. M. G. (2012). Accesibilidad e inclusión en espacios de arte:¿ cómo materializar la utopía?. Arte, Individuo y Sociedad, 24(1), 77-90.

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(2008, 12). El arte, terapia y espacio de libertad para discapacitados. La Jornada. Recuperado 05, 2015, de http://www.jornada.unam.mx/2008/12/30/index.php?section=cultura&article=a03n1cul






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