Los museos como agentes de inclusión y accesibilidad
social
Los
museos se han vuelto agentes de gran importancia dentro de nuestra sociedad hoy
en día, es importante darnos cuenta de la cantidad de cultura y conocimiento
que éstos pueden llegar a albergar. Sin embargo, ¿qué pasa cuando existen
personas que no pueden acceder a esta cultura y conocimiento de manera correcta?
¿qué pasa cuando te ves limitado para entrar a estos espacios?
La
inclusión y accesibilidad social es muy importante en la actualidad, y a pesar
de que ahora se han convertido en conceptos más conocidos y aplicados en muchos
ámbitos dentro de una comunidad, muchas veces los museos tienden a cerrar sus
puertas a muchas personas debido a la falta de inclusión o accesibilidad dentro
de los inmuebles o exposiciones para los diferentes tipos de público que
existen.
El
autor de “Los museos como agentes de cambio social y desarrollo”, José do Nascimento Júnior, nos habla de la
importancia de tratar a los museos como agentes de desarrollo dentro de una
ciudad, debido a que estas instituciones constituyen factores que articulan la
diversidad cultural (Do Nascimiento, 2008). Es necesario que empecemos a
concebir a los museos como un lugar de “inventario de la diversidad cultural”,
que además de sus aspectos institucionales, son procesos, herramientas,
tecnología, lenguaje, y deben estar al servicio de todos aquellos que quieran
apropiarse de su contenido (Do Nascimiento, 2008).
Es importante empezar a darnos cuenta de
la importancia de la accesibilidad en todos los aspectos de nuestra vida, la
accesibilidad, es la cualidad dentro de un producto, servicio o hasta un
dispositivo (Jiménez, 2012). Al principio este concepto surge para poder
referirse a las personas con algún tipo de discapacidad en el marco del modelo
social de la discapacidad (Jiménez, 2012), por una parte el deber de la
sociedad es identificar y derribar las barreras que impiden o dificultan una
integración social, y por otra parte es la necesidad de incluir el concepto de
accesibilidad desde la fase de diseño de cualquier producto o servicio para
posibilitar la integración y autonomía, para que pueda ser reutilizable por
individuos con características diversas (Thomas, 2007).
La sociedad hoy en día acepta el concepto
de discapacidad, y ha mostrado una mayor sensibilización de las diferentes
necesidades de los diversos grupos e individuos dentro de una comunidad, y no
solamente en relación a una discapacidad motriz o cognoscitiva, pero a
diferencia de edades, origen socioeconómico y diferencias culturales (Jiménez
2012), se ha logrado que instituciones empiecen a entender la diferencia de
necesidades que el público puede llegar a mostrar. Este concepto ha dado pie a que instituciones
empiecen a segmentar al público de manera más específica y comiencen a tomar en
cuenta las diferentes necesidades dentro de éstos.
Aunque actualmente existen alrededor de
sesenta mil museos de manera mundial, de los cuáles alrededor del 90% se
crearon después de la Segunda Guerra mundial (Do Nascimiento, 2008), es de
extrema importancia analizar el papel que estas instituciones tienen de manera
continua, y de igual manera la importancia es la idea que la sociedad tiene del
museo, que implica una profundización en las acciones que tienen estas
instituciones en lo referente a comunicación, educación e investigación,
desarrollando de esta forma actividades de carácter inclusivo (Do Nascimiento,
2008).
A pesar de que los museos y los centros de
arte en los últimos años han empezado a crear programas diseñados para
considerar más cuestiones de accesibilidad para el público, aún no se ha
logrado el hecho de que todos los museos o instituciones de arte, valoren todo
tipo de audiencias y creen un ambiente de inclusión social, para que de esta
manera todas las personas puedan tener acceso a su interior de manera sencilla,
sin tener impedimentos físicos. Es evidente la necesidad de atender este
compromiso, sin embargo es necesario entender las dificultades que las
instituciones pueden llegar a tener para lograrlo (del Águila,2012). Se pueden
llegar a alegar cuestiones referentes a conservación y hasta limitaciones con
el presupuesto de las mismas instituciones, lamentablemente mientras más tiempo
dure la transición hacia espacios accesibles y socialmente inclusivo, más personas
verán limitados sus derechos. (del Águila, 2012). Muchas veces los museos tienden a detener o a
no tomar en cuenta este proceso de accesibilidad arquitectónica o de los
contenidos debido a problemas dentro del presupuesto y a la cantidad de dinero que
se debe invertir para lograr que un espacio sea totalmente inclusivo y
accesible para personas con todo tipo de discapacidades.
En la actualidad el concepto de
accesibilidad es un concepto muy generalizado, y se maneja de manera muy
superficial en la mayoría de los ámbitos, incluyendo el área de Museología, frecuentemente
los museos ofrecen recursos de accesibilidad y exponen su compromiso con la
función del museo “como forma de divulgación de cualquier tipo de conocimiento”
(Jiménez, 2012). A pesar de estos esfuerzos, y gracias a un análisis más
detenido y a fondo de la situación mundial dentro de este ámbito, podemos
comprobar que los museos que realmente han puesto en práctica programas y
planes reales de accesibilidad es un número realmente reducido (Jiménez, 2012),
aunque dentro del panorama internacional exista un número muy elevado de museos
que ofrecen recursos de accesibilidad e inclusión social, realmente se refieren
a museos que contaron con la eliminación de barreras físicas para discapacidades
motoras, sin tomar en cuenta discapacidades cognoscitivas, auditivas etc.
(Jiménez, 2012). De misma manera un número considerable de museos incluye
además servicios de algún tipo de ayuda a visitantes con diversidad funcional
sensorial, como dispositivos de audición asistida para visitantes con
deficiencia auditiva, o señalización en braille y folletos en macro caracteres
para invidentes y personas con pérdida visual (Jiménez, 2012).
Los museos que han implementado planes de
accesibilidad globales para todo tipo de visitantes son aún escasos y se pueden
reducir a los siguientes: Thyssen Bornemisza, Museo Nacional del Prado,
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y Guggenheim Bilbao (España); Tate
Britain, Tate Modern, British Museum y The National Gallery (Reino Unido);
Louvre, Cité de Sciences et de l’Industrie y Centre Pompidou (Francia);
Landesmuseum Mainz y LVR Landesmuseum Bonn (Alemania); New York’s MoMA,
Washington’s Na- tional Gallery of Art (EE.UU.); y Melbourne Museum y National
Gallery Vic- toria (Australia). De éstos, la mayor parte son museos de artes
plásticas; el British Museum es un museo arqueológico; la Cité de Sciences et
de l’Industrie es científico-técnico; el LVR Landesmuseum Bonn es histórico;
y, por último, el Melbourne Museum engloba historia, cultura, ciencia y
arqueología. (Jiménez, 2012)
Como
se menciono anteriormente, lamentablemente son muy pocos los museos que
realmente aplican la accesibilidad dentro de su institución para generar una
inclusión social. A lo largo de los últimos años se han identificado barreras
de diferentes tipos, como físicas, urbanísticas, arquitectónicas, del
transporte, sensoriales, de comunicación e información, culturales,
psicológicas, emocionales, todas estas barreas dificultan la aproximación a
piezas, espacios o documentos (del Águila, 2012)
Las
barreras más comunes que se pueden llegar a distinguir entre obra y público con
discapacidad son las siguientes (del Águila, 2012):
-Barreras
sociales; estas implican la exclusión siendo de modo o no conscientes de ellos
tanto la institución como quienes la visitan, las personas que no encajan en lo
que entendemos comúnmente por “normal” quedan fuera del público objetivo para
el que se puede diseñar un espacio o una actividad (del Águila, 2012).
-Barreras
para accesibilidad física; son barreras como escaleras, rampas con excesiva
pendiente, mostradores, puertas estrechas etc. (del Águila, 2012).
-Barreras
sensoriales; es decir deficiencias en la construcción de un mensaje que pueden
entorpecer la comprensión del mismo, se refiere al diseño de mensajes verbales
o icónicos, es decir, señalización mal diseñada, letreros que no se entienden
etc. (del Águila, 2012).
A
pesar de la cantidad de barreras que existen, es importante entender que la
accesibilidad museística se puede dividir en dos áreas importantes:
accesibilidad del entorno físico y la accesibilidad de los contenidos (Jiménez,
2012). La accesibilidad del entorno físico se refiere a todas las barreras
arquitectónicas que puedan tener las instituciones que impidan el paso o dificulten
la entrada a personas con algún tipo de discapacidad motora a algún área dentro
del museo, un ejemplo podría ser, la falta de rampas o elevadores, espacios con
muchas escaleras, salas muy pequeñas, salidas de emergencia angostas etc. La
accesibilidad de los contenidos se refiere a los problemas o dificultades con
los que una persona con algún tipo de discapacidad pueda enfrentarse al tratar
de ver los contenidos del museos, es decir, folletos con letra muy pequeña para
personas con incapacidad visual, falta de material de apoyo auditivo, mala
señalización, etc.
La
autora Francisca Hernández Hernández del
artículo “Museos, Multiculturalidad e Inclusión social” nos habla sobre el
porque los museos deben optar por favorecer la creación de una sociedad del
bienestar, fundamentada en su capacidad inclusiva, donde no existan barreras de
ningún tipo y donde no se le impongan a la cultura ningún tipo de fronteras
sociales, ideológicas o raciales (Hernández). La tarea de los museos debe
constituir en elaborar expresiones museográficas y programas pedagógicos que
mejor contribuyan a minimizar y solucionar los conflictos mediante el discurso
de la interculturalidad y revitalización de identidades culturales (Hernández).
Dentro del mismo artículo nos hablan de cómo los museos deben ser
participativos, se necesitan museos sin barreras, con rampas, elevadores,
señalizaciones, servicios de todo tipo que sean accesibles y puedan visitarse
sin ningún problema para personas con discapacidades auditivas, visuales o motrices,
personas mayores, personas con necesidades diferentes a las promedio (VV.AA,
1991). Actividades que incluyan el tacto, olfato, lectura en braille son
simplemente trazos de un proceso de inclusión sociales y cultural que debe irse
implementando dentro de todas las instituciones, para eliminar todos aquellos
obstáculos que dificulten la participación de cualquier persona, sin importar
sus necesidades (Hernández).
Aunque
los conceptos de accesibilidad o inclusión se crearon para responder a las
necesidades de personas que por causas diversas no podían acceder a ciertos
derechos generalizados par el resto, en la actualidad los proyectos de
inclusión social dentro de los espacios de arte o museos, además de crear
puntos de encuentro en igualdad y normalizar la coexistencia de públicos
diversos, también benefician al resto de las personas (del Águila, 2012).
Esto
sucede debido a que; se disminuyen los accidentes y el cansancio, rentabilizan
el esfuerzo cognitivo y se aprender más cosas debido a que la exposición se
entiende y recuerda mejor. Permiten entrar en contacto con lenguajes diferentes
y disfrutar de sentidos caso olvidados en nuestra cultura, el público se siente
competente y protagonista de la actividad y tiende a establecer lazos afectivos
con ellas, su carácter lúdico y distendido favorece nuevas visitas y ofrecen la
oportunidad de compartir tiempos y espacios con personas diferentes y esto
ayuda a adquirir una visión de la sociedad más real y alejada de estereotipos
que nos adjudican roles en función de criterios preestablecidos (del Águila,
2012).
Gracias
a esto podemos ver que al tomar acciones de accesibilidad e inclusión social,
las instituciones también se benefician.
Al
entender un poco la importancia que la accesibilidad e inclusión social tiene
dentro de los museos, podemos ver el compromiso que los museos deben generar y
tener para actuar como agentes al promover este cambio. Lamentablemente en
México no contamos con proyectos dentro de los museos para generar movimientos
sobre accesibilidad e inclusión social, en nuestro país las ventajas que se
llegan a cubrir son meramente arquitectónicas y económicas, la mayoría de los
museos no cobra entrada a personas con discapacidades y estas instituciones
ponen elevadores y museos para facilitar el acceso a personas con silla de
ruedas, muletas etc. a mayoría de las instituciones no toman en cuenta
realmente que tanto pueden acercarse estas personas a las explicaciones en las
paredes, si las pueden leer correctamente, si puedes desplazarse dentro de las
exhibiciones sin obstáculos o si pueden oír correctamente las visitas guiadas,
la mayoría de los museos dentro de nuestro país no toma en cuenta la
accesibilidad hacia los contenidos y lamentablemente se centra meramente en
descuentos y rampas dentro del inmueble.
En
el artículo “El arte, terapia y espacio de libertad para discapacitados”
publicado por La Jornada en el año 2008, habla de cómo las actividades
culturales para personas con discapacidad en nuestro país son escasas y
temporales, debido a que en la mayoría de los recintos dedicados a la difusión
de la culturo realmente no existen programas específicos para cubrir sus
necesidades, dentro del mismo artículo se destaca cómo a lo largo del año 2008
se presentaron pocas actividades diseñadas para fomentar un acercamiento con la
discapacidad e integrarla a través de la cultura. (La Jornada, 2008)
De
misma manera es importante reconocer los esfuerzos que instituciones tratan de
hacer para promover esta actitud incluyente. En el marco del XX Aniversario del
Museo UPAEP, el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos, el Museo del
Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, se realizará el Primer Encuentro
Internacional de museos en Puebla con el tema: Hacia un Museo Incluyente, a
partir del día 27 de mayo del 2015 hasta el día 29 del mismo mes, este
encuentro tiene como objetivo propiciar el diálogo y la reflexión sobre la
función social del museo ante una comunidad tan diversa, así como de misma
manera conocer y reconocer las estrategias y herramientas que en la actualidad
se emplean para una adecuada atención a los diversos públicos, particularmente
hacia los grupos vulnerables (Diario Eco, 2015). Hoy en día se empiezan a
generar más actividades tomando en cuenta estos conceptos, aunque aún no seas
suficientes, es importante empezar de algún lado.
Personalmente
creo que los museos pueden lograr tener un papel muy importante dentro del
proceso de concientizar a la sociedad para de esta forma generar un pensamiento
más abierto sobre la inclusión social. Los museos cuentan con el poder de
hacernos conocer culturas, información, tiempos, herramientas, lenguajes que
quizás sean totalmente nuevos para nosotros. Me parece que para una sociedad y
un individuo es de suma importancia conocer y recordar todas las cosas o
situaciones con las que nos vemos envueltos, los museos encierran muy bien esta
idea, estas instituciones logran que pensemos, que analicemos, que conozcamos y
que después de visitarlos recordemos toda la cultura que nos fue presentada, es
por eso que me gustaría citar a Norberto Bobbio con su frase:
«Al final, acabamos diciendo que somos aquello que
pensamos, amamos, realizamos. Y yo añadiría: somos aquello que recordamos.
Además de los afectos que alimentamos, nuestra riqueza son los pensamientos
que pensamos, las acciones que cumplimos, los recuerdos que con- servamos y no
dejamos desvanecer, y de los cuales somos el único guardián». Norberto
Bobbio (Do Nascimiento, 2008).
A
pesar de que se empiezan a generar más esfuerzos por parte de las instituciones
para lograr ambientes inclusivos y accesibles para todo tipo de público dentro
del país, aún no hemos llegado a un punto donde la sociedad crea que este tipo
de acciones sea necesaria. Gracias a lo que pudimos observar anteriormente
podemos ver como los museos pueden ser excelentes agentes de inclusión y
accesibilidad social dentro de nuestra sociedad, cada institución puede lograr
que se mejore la cultura social, si ponen un poco de esmero en tomar en cuenta
las diferentes necesidades del público. No podemos seguir privando a personas
con discapacidades diferentes de acercarse y conocer el contenido e importancia
que muchos museos contienen.
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